FORTALEZA

La Fortaleza


Es la virtud que nos impulsa a vencer el temor y huir de él. Es fuerza, entereza y firmeza de ánimo. Ésta nos ayuda a vencer los obstáculos con ayuda de la inteligencia y la voluntad personal, ser capaces de derrotar los miedos que impiden dar a nuestra vida su verdadero sentido.

Muchas veces el dolor, provocado por circunstancias inesperadas y que en ocasiones son banas, logra ser tan fuerte, que nos abruma, nos nubla la razón y hasta hace que renunciemos a la vida misma. Los que se dejan vencer por el dolor caen en la desesperanza y finalmente caen derrotados y vencidos para luchar. El dolor es tan solo una reacción a la impotencia, quisiéramos que pasara rápido el tiempo para olvidar el momento difícil y que pueda existir una paz y una estabilidad emocional en nuestro interior. No obstante, mucho depende de nosotros mismos para que el dolor pase.

Podemos decir que el valor de la fortaleza es indispensable en el desarrollo humano para resistir muchos de los momentos lamentables que nos acontecen en nuestra vida y que desafortunadamente estamos expuestos a padecer.

Tal es el caso de la pérdida de un ser querido o un amigo entrañable, el fin de una relación, un divorcio, una enfermedad grave, una relación tormentosa, el ver que un ser querido se hunde en el alcoholismo o drogadicción, incluso, no estamos exentos de la influencias directas o indirectas de aquellas personas acomplejadas negativas y pesimistas que buscan la forma de causar un daño físico, emocional y psicológico con el fin de pisotear la integridad física, moral de una persona a base de mentiras, chantajes, imposiciones, engaños, presunciones, faltas de respeto, manipulaciones, hipocresía, deslealtad y envidia, entre otros. También de aquellas que ejercen presión para realizar algo que va en contra de los principios inculcados en la familia o en la escuela, contraponiéndose a los valores adquiridos.

Las personas vengativas, maliciosas y ventajosas sin escrúpulos son como las piedras en el camino, que por donde quiera las podemos encontrar y que desafortunadamente nadie está exento de toparse con alguna de estas personas. Las podemos encontrar en el propio trabajo, en la escuela, en un medio de transporte, en un evento, en un centro comercial, en un restaurante, en un bar, en una Disco, en el teatro, en el cine, e incluso en la propia familia. Siempre habrá alguien que quiera sacar ventaja y provecho de alguna forma u otra de las personas que actúan con buena fe.

Los Sociópatas que son capaces de mentir y manipular con tal de conseguir sus objetivos, no les importa actuar en menoscabo de las personas, afectan y pisotean su integridad, usan sus técnicas para utilizar a las personas consiguiendo lo que quieren y sentirse superiores.

Uno nunca sabe con la clase de personas con las que uno se relacionará en el transcurso de nuestra vida. Llegamos a conocer a alguien de quien que sin saber, resultan con el tiempo ser: manipuladores, ventajosos, acomplejados, mentirosos, irrespetuosos, vengativos, impositivos, victimarios, irónicos, envidiosos y que por complejos de inferioridad e incluso de superioridad logran hacer daño y que uno está expuesto a caer en sus juegos perversos, resultan ser “lobos disfrazados de ovejas”. En fin, muchos son los problemas personales y sociales que rodean nuestro entorno y que son las causales de tristeza y dolor.

No obstante, a todos estos conflictos emocionales y sociales, si bien es cierto que son momentos difíciles; resultan con el tiempo transitorios y todos tenemos la capacidad de poder olvidar y superar las adversidades. Estar dispuestos a sumar pequeños esfuerzos revertir las sensaciones que lastiman y ser felices y exitosos en todos los proyectos de vida que tengamos, y de los que sin duda alguna estamos capacitados mentalmente y emocionalmente para afrontar; trabajar y mejorar para la realización de nuestras metas y esforzarnos por ser mejores mujeres y hombres participativos e incluyentes dentro de la sociedad.

Tener precaución y de manera inteligente tomar una decisión absoluta en la forma de relacionarnos y de cómo lo hacemos para no resultar dañados y terminar siendo víctimas y presas fáciles.

Sumar en nuestra vida, nunca restar; es decir, que fortalezcamos nuestras relaciones personales y públicas, sin minimizar los derechos y la integridad física y emocional de los demás. Hacer uso de nuestros propios recursos y pensar que siempre habrá más de una solución para cada uno de los problemas y obstáculos que se nos presenten en nuestro trayecto por la vida; todo tiene solución, menos la muerte.

Mirar siempre adelante, nunca hacia atrás, el horizonte es muy grande y las situaciones que hayamos vivido positivas o negativas es parte del pasado. Desafortunadamente, también de los errores se aprende para bien o para mal, cada error cometido, es una lección aprendida, pero finalmente nos caemos y nos levantamos por sí mismos para enfrentar nuevamente el presente y el futuro y del que sin duda alguna estamos capacitados mentalmente y emocionalmente para salir avantes.

En eso radica el valor de la fortaleza; esa dichosa virtud nos ayuda a formarnos una coraza para ver el sentido real de las cosas y de la vida misma, nos hace ver y saber siempre lo que queremos Ser y adonde queremos ir. Ver la realidad de nuestras capacidades y de nuestro entorno familiar y social. Aceptar nuestras limitaciones, porque si no conocemos nuestro Yo interno, no aprenderemos a conocer a los demás. Tener la suficiente seguridad en uno mismo para saber ejercer nuestras aptitudes y virtudes, aplicarlas en nuestra vida personal y social.


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